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28 Y le dijo:

— Levántate, vamos.

Pero ella no respondía. Entonces el hombre la cargó en su asno y se fue a su pueblo. 29 Cuando llegó a su casa, agarró un cuchillo, descuartizó a su concubina en doce trozos y los envió por todo el territorio de Israel. 30 Y dio esta orden a sus emisarios:

— Esto han de decir a todos los israelitas: ¿Se ha visto alguna vez cosa semejante desde que los israelitas salieron de Egipto hasta hoy? Piénsenlo, deliberen y tomen una decisión.

Y todos los que lo veían, comentaban:

— Nunca ha ocurrido ni se ha visto cosa igual desde que los israelitas salieron de Egipto hasta hoy.

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